
Antes de que en el altiplano mejicano existiera el Distrito Federal. Antes de que sus habitantes hablaran castellano. Antes, mucho antes incluso de que el pueblo de los méxicas (o aztecas, como les conocemos ahora) construyera sus pirámides y honrara a sus dioses con sacrificios humanos, el axolote ya estaba allí. Mirando el pasar del tiempo con su sonrisa enigmática desde las cenagosas aguas de los lagos y canales de la región de Xochimilco,...