sábado, 5 de abril de 2014

El increíble viaje del plasma rebelde por el espacio exterior, o, ¿Cómo se origina una aurora boreal?


Hace ya mucho que sabemos que las auroras boreales ni son antorchas que los espíritus muertos encienden para iluminar el camino a los recién llegados, como cuenta la leyenda inuit, ni son los brillos que desprende la nieve bajo la luz de luna tras ser lanzada al cielo por la cola de un zorro, como cuentan en Finlandia. Sabemos que, como para cada vez más cosas, la ciencia tiene una explicación que fulmina sin piedad lo poético de estas leyendas. Aunque es injusto decir que la ciencia fulmina lo poético, cuando la propia ciencia es poesía pintada en el cielo.

Aurora boreal sobre el lago Bear, en Alaska / fuente


Pero al grano ¿Sabes cómo se forma una aurora?

Todo comienza en el corazón de una estrella gigantesca a la que se lo debemos todo: El sol. Allí, en lo más profundo de esta bola de fuego, se encuentra una central nuclear enorme que está creando energía continuamente. Esta energía fluye y se mueve a sus anchas a través del plasma solar (plasma es un estado de la materia, como gas, pero parcialmente cargado eléctricamente), generando corrientes y turbulencias ardientes como las que habría en una olla llena de lava hirviendo (seguro que hay algún centro de investigación por ahí en el que tienen ollas gigantes llenas de lava hirviendo).

la superficie bullente del sol, en la que se inicia la tormenta

En las capas más superficiales del sol, y tentado por la menor presión y temperatura del espacio, el plasma huye hacia el exterior cual adolescente rebelde agobiado por el calor y la presión familiar. Y a todo esto, siempre que hay partículas cargadas que se mueven se forma inevitablemente un campo magnético, que es algo que no ves, pero que existe, está en todas partes y determina nuestra existencia.

Pues bien, esto es una tormenta solar, y así es como comienza la historia del increíble viaje del plasma y su campo magnético.

Tras 18 horas de espídico vuelo, el plasma alcanza nuestro planeta y a su paso por él, fluye a lo largo de las líneas de campo electromagnético de la Tierra, hacia los polos. Pero nuestra atmósfera no es un espacio vacío, vía libre para plasmas y otros viajantes, y las partículas invasoras chocan contra los átomos y moléculas que habitan nuestra ionosfera y nos los dejan excitados y revueltos. Al volver a su estado basal de energía, emiten luz. Según de qué átomo se trate, y de qué salto energético pegue, esta luz es de distintas formas y colores.



Esto son las auroras polares, boreales si se forman en el polo norte, y australes si se forman en el sur.

Y aquí te dejo un video, por si no te ha gustado mi explicación y te resulta más creíble si te lo cuenta una voz grave y seria del departamento de física de la Universidad de Oslo.


2 comentarios:

  1. ¡Gracias por tu articulo! Un fenomeno natural y precioso que has contado en forma de relato e historia muy entretenida.
    Expones de una forma coherente , " cercana" y secuencial la relación entre el suceso y el "mecanismo" que lo crea . FENOMENAL para aquellos que nos acercamos a la ciencia " de puntillas". Y el video OK!!!

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