miércoles, 31 de diciembre de 2014

Un año más, ¡la realidad ha superado a la ficción!

Ha vuelto a pasar. Otra vez estamos a 31 de Diciembre. Horror, desolación, ¡Somos un año más viejos!

Perdón, perdón, me he dejado llevar. Ya bastante desgracia tenemos como para empezar el año con esta negatividad en nuestra vida.  Tenemos que ser optimistas, ¡Somos un año más sabios! Si no como personas (que yo, muy sabia no me siento), al menos como raza humana...Y es que, aunque algunos no hayamos colaborado mucho con la sapiencia universal, hay otros que lo han compensado con creces. ¿Qué haríamos sin los científicos de este mundo que luchan por hacernos más inteligentes, así en global, y neutralizar el vacío cerebral que nos dejan programas como "Sálvame"?

Tengo que confesar que yo este año he visto un par de veces Sálvame. Lo sé, no sé cómo pude. ¡Hasta me conmoví con la vida amorosa de Chabelita! Pero al menos ahora estoy escribiendo este post sobre avances científicos, para redimirme.



Hasta Belén Esteban me mira mal por haber visto Sálvame


Y en fin, ahora que se acaba el año y toca hacer balance, el axolote ha cotilleado, espiado y consultado a sus fuentes más fidedignas para elaborar un TOP FIVE de avances científicos de 2014. No los he organizado por orden, porque lo importante es participar, y porque además me da miedo que luego "mi avance científico ganador" resulte ser un fraude, ¡que no sería la primera vez que me rompen el corazón!

Ahí va, desde las profundidades de la charca:

Hemos cazado un cometa. La sonda Philae perteneciente a la nave espacial Rosetta consiguió posarse con éxito sobre el cometa Gury el pasado 12 de Noviembre. Bah, eso no es nada. Los científicos responsables sólo han conseguido que después de 10 años una nave no tripulada haya alcanzado un cometa que mide aproximadamente 3 kilómetros de diámetro y que viaja a 120.000 km/h y se haya posado sobre él cual insecto en flor. Y sólo significa acceder a información que podría ayudar a aclarar el origen de la vida....



Los robots han aprendido a cooperar. Y no a cooperar en plan apilar ladrillos todos al mismo tiempo para construir un muro más rápido, sino en plan estrategias sofisticadísimas como la de este grupo de la empresa Robots Swarm Intelligence Systems en que un robot echa a volar para hacer balance de la situación, y luego elije líderes de entre los otros robots para que a su vez den órdenes y hagan cada uno lo que tienen que hacer. Yo no digo nada, pero así comenzó la trama de Blade Runner.

¡Qué miedo!


Drácula y Los Rolling Stones estaban en lo cierto: La sangre joven rejuvenece. Cuentan las leyendas urbanas que sus satánicas majestades se hacen transfusiones de sangre joven para permanecer frescos como una lechuga, y yo, después de los últimos descubrimientos, me lo creo. Varios estudios han demostrado que conectar los sistemas circulatorios de ratones jóvenes y viejos mejora significativamente la capacidad mental y fuerza muscular de los últimos. De momento, ya están realizando ensayos clínicos con pacientes de Alzheimer. Es demasiado pronto para cantar victoria pero…¿Y si funciona..?

Oh no, ¡han descubierto mi secreto!


Han mancillado nuestra intimidad más íntima. No hay nada que tengamos más dentro de nosotros mismos que el ADN. Como sabrás, y si no, lee esto, el ADN es una molécula escondida en lo más profundo de nuestras células que contiene información sobre TODO lo que somos. Y el ADN, de toda la vida de Dios, está formado por 4 “ladrillos” que saben organizarse casi tan bien como los robots modernos para generar todo lo que hay en ti, desde el pelo más finústico al dedo más gordo del pie. Pues bien, científicos de un instituto de investigación de Estados Unidos han logrado introducir 2 “ladrillos” nuevos, a los que han llamado X e Y en el ADN eso sí, de una bacteria (de momento) con la idea de a partir de ellos poder generar TODO lo que quieran. Lo que pueda surgir de esto, está por ver (introducir aquí música de suspense).


La memoria a la carta está más cerca. Científicos del MIT, en Estados Unidos, para variar, han conseguido manipular la memoria de unos ratones y hacerles olvidar, o evocar, recuerdos negativos o positivos a voluntad. Cierto es que lo han hecho con una técnica llamada “optogenética", que para empezar necesita de una inyección previa de un virus transgénico y de una conexión por cable con el cerebro, pero bueno, lo importante es que van perfeccionando la técnica, y eso está genial porque... significa que al final podrán manipularnos la memoria...

...

...


Bueno… ahora que lo pienso no sé si está tan genial.

Madre mía, me está entrando un vértigo...¡que paren el mundo que yo me bajo!









miércoles, 8 de octubre de 2014

El poder del Kawaii, o cómo mirar cachorros te ayudará a trabajar mejor

Hay estudios científicos que a uno verdaderamente le alegran la vida. Qué sensación más buena cuando uno oye cosas como que comer chocolate reduce el colesterol y ayuda a adelgazar,o que el vino y la cerveza previenen las enfermedades cardiovasculares, y¿qué me dices de que reir durante 10 minutos puede quemar hasta 40 kcal? Ah...¡Qué felicidad...!


¡Este estudio es la bomba!
Luego hay otros que no alegran tanto, sino que más bien amargan un poco. A ver, por ejemplo, ¿qué necesidad hay de dedicar tiempo y dinero a investigar sobre los beneficios de las alcachofas sobre la salud? De verdad, ¿por qué?

Pero en fin, no necesitamos ese tipo de negatividad en nuestra vida, centremonos en lo bueno:

¿Sabías que poner posters de cachorros e imágenes tiernas en el trabajo mejora la eficiencia y productividad? Sí, sí, esto no es una habladuría barata, estudios científicos lo avalan.

Ohhh!!

Las sospechas comenzaron cuando a un grupo de científicos americanos se le ocurrió una idea muy seria: enseñar a la gente imágenes de cachorros de animales y luego hacerles jugar al juego "Operación" (ese en el que tienes que sacar huesecitos de un paciente, y si lo haces mal al paciente le pita la nariz y se le pone roja) para ver qué tal lo hacían. Puede parecer absurdo pero hay investigaciones más absurdas aún, como por ejemplo la de los científicos escoceses que descubrieron que una vez que una vaca está de pie, es imposible saber cuándo volverá a acostarse...Estas cosas me hacen preguntarme cómo se atrevieron estas personas a entrar en el despacho de su jefe y proponer esto. Pero volvamos a los cachorros.


oiiiiii

Cuando tuvieron noticia de esto a los japoneses se les pusieron los ojos como platos ¿Cómo podía haber alguien por ahí publicando artículos sobre el efecto de las cosas "monas" y no ser japonés? ¿Cómo podían habérseles adelantado a ellos, los reyes de los Pokemon, Hello Kitis y creadores de todas las cosas monas de este mundo?



No se achicaron. Reunieron científicos, participantes, juegos varios y miles de cachorritos y se pusieron manos a la obra. Hicieron a los participantes mirar a los cachorritos y luego jugar a Operación, pero además les sometieron a otros juegos ya no tan divertidos como contar números en matrices y encontrar letras entre otras letras. Después de mucho juego, mucho número, y mucha estadística, los resultados fueron claros: lo tierno, o el "Kawaii" como los japoneses lo llaman, tiene un efecto poderoso sobre nuestro organismo: mejora significativamente la concentración y el rendimiento y transforma la atención de manera que nos fijamos más en los detalles.

Vaya cosas tiene la madre naturaleza, qué sofisticación. ¿Será éste un mecanismo adaptativo para asegurar a la especie la supervivencia de las crías? Así, cuando hay una cerca, todos los especímenes nos volvemos Terminator y somos capaces de proteger al cachorro en cuestión con todas nuestras facultades mentales y físicas.

Es curioso, además, que lo que nos provoca ternura sean una serie de características que sólo comparten aquellos animales que nacen indefensos: por ejemplo un gatito, un perrín, un bebé, un osito (oiiii) o hasta un pequeño tigre. Cabeza grande en proporción al cuerpo, ojos enormes, patas descoordinadas...Porque luego hay otros animales que no necesitan a nadie cuando llegan a este mundo, y esos ni tienen la cabeza grande ni nada, y como que nos dan más igual. Por ejemplo un pez. Un pez se las apaña perfectamente solo desde el principio de su interesantísima vida, y a nosotros, pues ni fu ni fa.


Bueno, algunos peces sí que son muy monos

Esto me hace pensar dos cosas:

- 1º La madre naturaleza es muy sabia porque aumenta nuestras capacidades mentales para que podamos cuidar de nuestras crías.

-2º La madre naturaleza es un poco torpe porque no nos ha creado a todos los animales autosuficientes desde el nacimiento, que sería algo mucho más práctico.

De cualquier manera lo importante es lo importante: que mirar cachorros aumenta la concentración. Y esto es así, vamos que yo no lo dudo, sobre todo porque lo han dicho los científicos japoneses y todo el mundo sabe que los científicos japoneses no mienten nunca (ejem...bueno...algunos sí).

Yo, cuando me enteré de este descubrimiento no cabía en mí de gozo. Ya me imaginaba toda la oficina forrada de fotos de animalitos adorables y en mi mesa un marco que dijera "empleada del año" por haber importado la idea japonesa de lo tierno como potenciador de la efectividad en la empresa. Y lo intenté, ¡eh! Que no se diga que no, pero nada. Se lo comenté a mi jefa y lo único que conseguí fue que se echara unas risas. Hay que ver qué poca capacidad de convicción tengo, y luego hay gente por ahí que propone a su jefe ideas como investigar si es posible predecir cuando una vaca volverá a acostarse, ¡y triunfa!

Está claro, tengo que observar más fotos de cachorros...



Siento el poder








domingo, 20 de julio de 2014

Tomografía computarizada

Un tomógrafo es, simple y llanamente, un aparato con forma de tubo bastante grande (la grandeza del tubo puede variar) que sirve para tomar imágenes en rodajitas de lo que le metas dentro.

Tomógrafo/ Fuente

¿Y cómo lo hace? En resumen, y para que te tranquilices si alguna vez tienes que someterte a una, se trata de atravesarte el cuerpo en todas direcciones con diferentes armas físicas y luego reconstruir la información recibida para recrear las secciones. Hay diferentes armas físicas (llamémoslas fenómenos físicos, mejor, que suena más inofensivo) que pueden usarse. Pueden ser, por ejemplo, rayos X. Se lanzan a lo que se quiera tomografiar desde todos los ángulos y, según su capacidad de atravesarlo, se obtienen imágenes más o menos blancas. Luego, con la ayuda de las matemáticas se crea una imagen que, bastante fielmente, refleja lo que tenemos por dentro, o al menos su resistencia a los rayos X, en secciones.


Fuente
Esta tomografía muestra una "rodaja" de un tronco que ha sufrido una contusión pulmonar. En la parte de abajo se ve la columna vertebral (la persona está tumbada boca arriba), y encima y a los lados se ven los pulmones, más borrosos. La flecha azul muestra una costilla rota, y la roja una hemorragia.

Como ves, no hay nada que pueda ocultarse a los ojos de la ciencia. A uno le pueden inspeccionar ya hasta el interior de las entrañas, en todas las dimensiones. ¡Qué poca intimidad!

En fin, sigamos con la historia del tomógrafo que reveló a James Fallon que era un psicópata...

Los psicópatas son gente corriente

El día en que James Fallon descubrió que era un psicópata, no le dio la menor importancia. O eso dice, porque ya se sabe que uno no se puede fiar mucho de esta clase de gente. Aunque yo, para ser sincera, sospecho que es cierto. Me imagino que la información le entró por las orejas y él la procesó diligente, con calma, de la manera fría que caracteriza a los verdaderos psicópatas. Supongo que su psicopatía le ayudó a averiguar qué era lo mejor que podía hacer con ella, y sobre todo, con el hecho de que estuviera demostrada. Porque el mundo es un lugar de grandes peligros, pero también de grandes oportunidades para el que sepa aprovecharlas. Y así sucedió que James, que era una persona de lo más normal y corriente, pasó a ser asesor en el Pentágono, escritor, divulgador, famosillo en el mundo de la farándula neurocientífica y alguna que otra profesión que la ocasión requiera. Porque ser un psicópata da mucho caché.

Pero a ver, a ver, empecemos por el principio:

James Fallon era un apacible padre de familia, que veía el baseball por la tele y hacía barbacoas los domingos con los vecinos (la verdad, no sé si veía el baseball y hacía barbacoas, es por ponernos en escena) dedicado a la enseñanza de neurobiología en la Universidad de California Irving (esto sí es cierto). Además de enseñar, estudiaba, entre otras cosas, la actividad cerebral de personas con trastornos mentales, uno de ellos la psicopatía.

Por eso sabía que los psicópatas tienen una personalidad particular. Que son en esencia fríos, manipuladores y egoístas. Que no sienten la menor empatía por nadie y que si muestran sentimientos afectivos son simulados, como parte de su estrategia para obtener algún beneficio. Sabía que pueden ser encantadores, y que no conocen la culpabilidad. Que son arrogantes, e impulsivos.

Y sabía también, por su profesión, que si son así es porque sus cerebros son diferentes. Las áreas de la corteza prefrontal, lóbulos temporales y amígdalas son áreas muy relacionadas con la empatía (porque habitan entrañables neuronas espejo), el comportamiento moral, y el miedo, entre otros sentimientos, y James sabía de buena mano que en los psicópatas, estas áreas muestran una menor actividad, y que si uno mira una tomografía cerebral de uno de ellos, ve algo más o menos así:






Por eso un día, cuando estaba en su despacho examinando tomografías cerebrales que le habían hecho a él y a su familia como parte de un estudio científico, y se encontró con que su tomografía era exactamente la que está encima de estas líneas, algo le dijo que su cerebro, el suyo propio, el que en ese instante cobijaba su morena cabeza, era el de un psicópata.

Al principio se rió, no le dio importancia. Se lo contó a su mujer y esta le contestó: "No me sorprende". Bueno, respuesta chunga pero todavía inofensiva. Después se lo contó a su madre, y la respuesta ya fue ya chunguísima, y nada inofensiva. Le dijo algo así como: "Ah, si...¿Es que nunca te lo había contado? En tu familia hay 7 asesinos. Por parte de padre, claro, que yo con eso no tengo nada que ver".

Así que una cosa llevó a otra. Le realizaron pruebas varias, y en efecto, tenía las variantes de un gen, MAO-A, que se ha relacionado con conductas agresivas, así como todos los patrones de actividad cerebral característicos de los psicópatas.


En estos cerebros, la intensidad de la actividad viene reflejada según una escala de colores (rojo- máxima actividad, azul- mínima actividad). En la tomografía se puede ver que el cerebro de James Fallon (abajo) muestra menos actividad en varias áreas cerebrales.


James Fallon admite que reconoce los rasgos psicópatas en sí mismo. Que no siente empatía. Que no puede decir que ame a sus hijos ni que esté enamorado de su mujer. Que se comporta como los demás esperan que lo haga y que simula sentimientos que los demás esperan que sienta.

Sin embargo nunca ha matado a nadie (o eso parece), y su comportamiento siempre ha sido de lo más cívico y aparentemente normal. ¿Por qué? ¿Por qué nunca ha sucumbido a su naturaleza interior y manchado de sangre sus manos? ¿Dónde está la línea que separa a un psicópata asesino, de un psicópata perfectamente integrado en la sociedad?




Según él son dos las claves de la diferencia: El grado de gravedad de la psicopatía, que puede medirse por " la lista de verificación de Hare" (un test psicotécnico), y la infancia vivida. Si una persona con tendencia a la psicopatía es criada en un entorno amable, equilibrado y feliz, puede llevar una vida de lo más normal, sin que en ningún momento se apriete el gatillo que le empuje al crimen. Pero si una persona con la misma tendencia es criada en un ambiente agresivo o violento...entonces el peligro acecha en cualquier esquina, y el psicópata puede en cualquier momento mostrar su verdadera cara y dar rienda suelta a sus instintos más básicos.

Así que visto lo visto, esto deja en nuestras manos una responsabilidad enorme: La de garantizar que la vida de personas del futuro sea larga y prolífica, o que termine abruptamente fruto de la violencia. Por eso debemos hacerlo por ellos, por esos desconocidos del futuro: seamos amables con los niños. Ya sé que a veces dan ganas de matarlos, pero debemos auto controlarnos. Claro que por otra parte, no demasiado, porque si no les paras los pies luego se convierten en unos tiranos malcriados y van por ahí convertidos en adultos insoportables.

Vamos que todo esto es muy difícil, yo no sé cómo comportarme, y mucho menos desde que sé que dentro de cualquier persona de lo más normal pueden habitar las semillas de la violencia.

Una vez más, todo es muy pero que muy inquietante.





sábado, 21 de junio de 2014

Evento Jot Down Sevilla, ¡la ciencia es cultura!

¿Has sentido alguna vez que compartir es morir? Mi hermana sí. Cuando yo me compro algo de comida y ella dice que no quiere comprarse porque no tiene hambre pero luego coge de lo mío. En esas ocasiones, mi hermana ha sentido claramente que compartir es morir (porque a mí me entran instintos asesinos, se entiende).

Pero así, en general, al menos cuando no hay comida de por medio, compartir es vivir. Un paisaje, el fútbol, un concierto. Hay veces, incluso, que tu generosidad está que lo tira y hasta llamas a toda la familia para que se lleven en un tuper un trocito de la tortilla tan rica que te ha salido, porque compartida sabe mejor. Sí, hay veces que incluso habiendo comida de por medio, ¡queremos compartir! El ser humano es maravilloso... 

Pues aunque no lo parezca, los científicos también son seres humanos. Y por eso ellos, ¡también quieren compartir! ¿Qué iban a hacer los pobres todo el día en el laboratorio, si luego no tuvieran a quién contarle lo que han descubierto? Claro hombre, a ellos les gusta que les escuchemos, es natural. Aunque es verdad que algunas veces, por no decir el 100%, las publicaciones científicas son muy poco entretenidas. No pasa nada. Los científicos han pensado en todo, y tienen un arma: La divulgación. (Claro que no son el único colectivo con armas. También está, por ejemplo, el colectivo de los idiotas, del que forman parte algunos hombres, mujeres y viceversa, entre otros, que paradójicamente son muy inteligentes y se están forrando con su arma de destrucción cerebral masiva, pero eso es otro tema). 

 El caso es que divulgando, la ciencia sale de los laboratorios, del gel de agarosa, del acelerador de protones y de otros artilugios incomprensibles, para fascinarnos a los de a pie, a los que nos asombra el mundo y nos intriga lo mismo una estrella nueva que un gato alemán metido en una caja y que vive simultáneamente en infinitos universos paralelos. 

¿Y qué mejor que divulgar ciencia, que practicar esta magia, en una ciudad con un color muy, pero que muy especial? 


Eso es lo que debieron de pensar los organizadores del primer evento de divulgación científica impulsado por la revista cultural Jot Down en Sevilla, que tuvo lugar en la capital hispalense los pasados 13 y 14 de Junio, en la Facultad de Informática. Pusieron como excusa dar unos premios en dos modalidades, narrativa y divulgación científica. Pero nada, nada, allí a lo que iban no era a eso. Allí se plantaron peces gordos, pececillos, y otras criaturas de todas las conformaciones físicas con sólo un objetivo común: hablar, y oir hablar, de ciencia. Por puro vicio.

Fueron dos días completitos de charlas y mesas redondas en los que cupo de todo: Desde una diminuta neurona, hasta el cosmos entero. Y para terminar, un espectáculo apoteósico de The Big Van Theory!

¿Qué más se puede pedir? mmm...¿recibir un premio? Eso sí que sería ya lo más. Pues hubo incluso dos asistentes que ¡hasta se llevaron uno! (Recordad, esa era la excusa inicial). Muchos fueron los aguerridos que, en su ansia por compartir sus inquietudes litero-científicas, participaron en el certamen. Pero sólo dos los ganadores: En narrativa Pedro Torrijoscon su relato sobre un suicida visionario; y en divulgación Sergio Parracon una explicación muy convincente y detallada sobre la anatomía de un pedo. ¡Léelos! Yo, mientras tanto, me voy a poner una velita para que haya muchos más eventos tan interesantes como éste, en una ciudad tan mágica como esta.




lunes, 9 de junio de 2014

Henrietta Lacks, la mujer que escapó al ciclo sin fin

Hace muchos muchos años, en un país muy muy lejano, nació un hombre testarudo llamado Qin Shi Huang. Era tan cabezota que se empeñó en unificar un montón de tierras. Lo consiguió, y les dio el nombre de primer imperio chino. También se empeñó en protegerlas, y comenzó la construcción de la Gran Muralla. Entonces, y quizás entusiasmado con los éxitos de sus empresas, decidió apuntar a lo más alto que se puede apuntar: Envió a un alquimista junto con 1000 hombres y mujeres de viaje, con la orden de no volver hasta no haber descubierto el elixir de la inmortalidad.


la expedición de chinos inmortales / fuente

Ninguno volvió jamás.

Seguramente murieran antes de conseguirlo, pero, ¿Y si no? ¿Y si descubrieron el secreto de la vida eterna, y, egoístas, no quisieron compartirlo?. De ser así, entonces aquel puñado de chinos debe de andar aún entre nosotros, riéndose condescendientes de nuestras cremas antiarrugas y otros consuelos de baja estofa.

Sin embargo desde hace 63 años (nada más que un suspiro para ellos) ya no se ríen tanto. Porque hay otra mujer en el mundo que ha logrado imitar su hazaña, y que ha pasado a los anales de la historia como la primera persona inmortal conocida (ya que ellos decidieron permanecer en la clandestinidad).

Una mujer muy distinta a ellos, de ojos nada rasgados y la piel de ébano: Henrietta Lacks. Ella es simple, y verdaderamente, inmortal. No inmortal en plan Elvis, o Isaac Newton. No es su recuerdo, ni una obra suya lo que permanece aún entre nosotros. Es ella misma. Son sus células, más vivas que nunca.

Elvis, disfrutando de su inmortalidad

¿Alguna vez has leído una frase del tipo: 

"HeLa and SiHa cells were grown in Dulbecco's modified Eagle's medium" (fuente)

"Extracellular Ca2+ was essential for necrosis and consequent poly(ADP-ribose) (PAR) formation in HeLa S3 cells" (fuente)

"HeLa, HEK293, and MCF-7 cell lines were used for in vitro transfection" (fuente)

?

La pregunta es absurda porque la respuesta tiene que ser forzosamente sí. Porque aunque antes de hoy nunca lo hubieras hecho, acabas de leer las frases que he pegado arriba. Porque...las has leído, ¿no? ¿O es que has hecho trampa y te las has saltado?...

Sea como sea, el caso es que hay por el mundo millones y millones de frases, o mejor dicho oraciones (tengo un vago recuerdo de mi profesora de lengua regañándome por no usar la palabra oración) escritas y publicadas en miles de revistas científicas en el mundo que contienen el acrónimo "HeLa" para referirse a una determinada línea celular.

¿Y qué significa ésto? Significa que todas las células que a lo largo y ancho del planeta Tierra ostentan honrosamente el nombre de ¨"HeLa", provienen de la multiplicación y multiplicación sin descanso de un mismo y pequeño grupúsculo de células, las primeras células "HeLa" de toda la historia de la humanidad.

Esta familia tan prolífica es muy socorrida, y se ha utilizado y utiliza para muchísimas investigaciones biomédicas en muy distintos campos, porque crece y se multiplica fácilmente in vitro, es decir, en un ambiente artificial y ajeno al ser vivo que en un inicio le sirvió de hogar.¿Te haces una idea de quién fue este ser vivo que en un inicio le sirvió de hogar, del que han surgido tantas y tantas células? 

Fácil, ¿no?

¡Sí! ¡¡Es Henrietta Lacks!!

Mal podía imaginar esta humilde mujer de piel negra cuando en 1951 acudió al hospital por un sangrado vaginal, que más de 60 años después una pequeña parte de su cuerpo se habría multiplicado hasta el infinito, habitaría en cientos de miles de laboratorios de todo el mundo y estaría contribuyendo al progreso biomédico de tal manera. Mal podía imaginar, sobre todo porque nadie le pidió permiso para distribuir sus células, antes cobijadas al calor de su útero, a diestro y siniestro.

Henrietta Lacks

Henrietta Lacks, 31 años, padecía un cáncer de cuello de útero tan galopante que, pese a la radioterapia y los esfuerzos de los médicos, acabó rápidamente con su vida. Las células tumorales se multiplicaban y multiplicaban sin descanso, apropiándose a su camino, sin escrúpulos, de la vida inocente de la joven afroamericana. Y fue precisamente esta capacidad de multiplicación la que llamó la atención de su ginecólogo, el Dr. Gey, quien quedó fascinado porque sus ojos estaban contemplando lo que nadie nunca había contemplado antes: Células humanas que sobrevivían y se multiplicaban in vitro. 

Fue entonces, mientras Henrietta Lacks moría en el único hospital de la zona que permitía el acceso a personas de piel negra, cuando sus células comenzaron su carrera triunfal. El Dr. Gey las distribuyó a quien las solicitara por su gran valor para la investigación, y así, de científico en científico, de tubo de ensayo en tubo de ensayo, acabaron apropiándose del mundo biomédico hasta el punto de que hoy en día son la línea celular más usada en investigación.

¿A ti qué te parece ésto? En principio, genial, ¿no? Es por el progreso de la ciencia. Es por el avance de la medicina y el descubrimiento de nuevas curas para viejas enfermedades. Gracias a ellas se descubrió la vacuna contra la poliomielitis, se han mejorado los tratamientos contra el cáncer, se han desarrollado las técnicas de fertilización in vitro. Han viajado incluso al espacio, participando en experimentos sobre el efecto de la ingravidez en las células humanas.


Células HeLa

Pero hay un pequeño detalle que igual deberíamos considerar. Nadie solicitó el consentimiento por parte de Henrietta Lacks. Nadie informó a la joven víctima de que una parte de sí permanecería viva. De que, precisamente sus propias células, las que se rebelaron contra ella y acabaron con su vida, sobrevivirían para siempre.

¿Qué te parecería que las células más usadas mundialmente en investigación llevaran el nombre de tu abuela, y que nadie le hubiera pedido ni a ella ni a ti permiso para extraérselas, y mucho menos venderlas? ¿Y qué te parecería que pese a la cantidad de dinero que se mueve en esta empresa ( un vial de estas células cuesta aproximadamente 250 $), tu familia y tú estuvierais sumidos en la pobreza?

Las cosas cambian un poco desde ese punto de vista...¿no?

Pues sí. A la familia Lacks el tema no le hizo tanta gracia, sobre todo cuando en 2013 un laboratorio alemán publicó el genoma completo de las archiusadas células. Bastante pacientes habían sido ya, pero ahora vieron violada su intimidad, y eso ya fue demasiado. Su ADN, expuesto a quien quisiera fisgonearlo. Fue como si se quedaran desnudos delante del mundo entero, y mucho más. Después de trasladar sus quejas al laboratorio, y muchas reuniones y consideraciones éticas y legales, se llegó a un acuerdo: La información genética de la familia Lacks quedaría restringida a los investigadores que quisieran utilizarla con fines biomédicos.

El malestar de la familia Lacks es comprensible, aunque en realidad nadie haya hecho nada ilegal. En el momento en el que las muestras fueron tomadas no había ninguna ley en Estados Unidos que obligara a la firma de un consentimiento por parte de los pacientes, y aún hoy en día, aunque dicho consentimiento sí es obligatorio, una vez que las células son extraídas del cuerpo el paciente pierde todo control sobre ellas, no importan las patentes gracias a ellas generadas, o los ingresos en cuentas bancarias ajenas que de ellas se deriven.

Todo esto me genera un horroroso lío metafísico. Me alivia saber que la inmortalidad está al alcance de nuestras manos, o mejor dicho, de nuestras células, pero..¿la inmortalidad de quien? Porque según dice la ley, al ceder parte de nosotros a la ciencia nos estamos haciendo ajenos a esa parte de nosotros, con lo cual deja de ser nosotros, con lo cual nosotros seguimos siendo simple y llanamente mortales como cualquier hijo de vecino. Yo me pregunto: ¿Cuánta parte de nuestro "yo" tenemos que ceder para seguir siendo "yo" y conseguir la inmortalidad? Pero, ¿qué es "yo"? ¿Dónde está la línea que nos separa a nosotros, de nuestro cuerpo?

Yo que estaba tan tranquila después de la explicación que nos dieron en el Rey León, eso del ciclo sin fin que lo envuelve todo. Todo eso de transformarnos en tierra que se transforma en hierba que se come una gacela a la que se come un león, que a su vez muere y se transforma en tierra que se transforma en hierba que se come una gacela. Era todo tan zen, tan redondo, tan en armonía con el universo...


El momento en que nos explicaron la teoría del ciclo sin fin

Hasta que me enteré de la existencia de Henrietta Lacks, la mujer que escapó al ciclo sin fin. El ciclo sin fin que lo envuelve todo, menos a ella. Y entonces, aumentó en mí más si cabe el sentimiento tenebroso que, temo, me acompañará hasta el día de mi muerte por ésta y mil otras inquietantes realidades. Un sentimiento oscuro y agobiante: la zozobra desbocada.










miércoles, 21 de mayo de 2014

Más rebujito que sangre

Artículo publicado como colaboración en la revista digital takeSevilla

El pasado domingo 11 de Mayo, en los Remedios, Sevilla, España, las 24000 bombillas que tejían la portada de la Feria de Abril se apagaron al unísono. Atrás quedaban entonces 7 días de fiesta, alegría, volantes, sombreros, flores en el pelo, risas, sevillanas y mucho, mucho más. Ahora todos a casa. Con los zapatos rebozaditos de albero y en las venas, más rebujito que sangre.

fuente

Bueno venga, dejémonos de exagerar, más rebujito que sangre, no. Vamos a ver: Se estima que se vendieron 1.5 millones de medias botellas de manzanilla, cada una de 0.375 litros. Eso hace 562.500 litros. La proporción en el rebujito es 1/3 manzanilla, o sea que eso hace 1.687.500 litros de rebujito. Suponiendo que asistiera 1 millón de personas, cada una toca a 1.7 litros de rebujito. Cada persona adulta de media tiene 5 litros de sangre, así que el rebujito supone un 34 % de esa sangre.

Vale, que a lo mejor no he tenido en cuenta el metabolismo del alcohol, ni el que no todas las personas hayan bebido lo mismo, ni que la gente se hay repartido el rebujito en varios días. Vale. Pero esto es un artículo de ciencia y lo arriba expuesto son estimaciones, por muy chapuceras que sean. Así que podemos decir tranquilamente que según estimaciones científicas, el 34 % de la sangre de los asistentes a la Feria de Abril está compuesta de rebujito. Ojú.

Estas cifras escalofriantes me hacen pensar que en la Feria de Abril el protagonista no es Abril, ni las mujeres guapísimas embutidas en sus trajes, ni los farolillos ni ocho cuartos. Nada de nada. El protagonista es el alcohol, con sabor a rebujito. Etanol que se introduce por bocas sonrientes con la excusa de refrescar, para apoderarse sin piedad de cuerpos y mentes, que drogados, ríen, cantan, taconean y piden más. ¡Más!

El rebujito vuelve a la gente loca, dicen. Y no se equivocan. Porque en sentido literal locura es el trastorno de las facultades mentales. Y el alcohol transtorna las facultades mentales, y mucho, además de muchas otras cosas. Vale, vale, no panic. Tranquilo. No voy  a ponerme ahora, cuando ya no tiene solución, a hablar de todos los efectos perjudiciales que tiene el que te atiborraras de rebujito. Ni mucho menos. Pero efectos tuvo...Eso está claro.

¿Y todo por qué? Porque el alcohol es una molécula con contactos. Claro que sí. Contactos muy pero que muy importantes. Y eso es lo que hace que el alcohol sea tan influyente. Ya me lo decía mi madre: Hija ¡en este mundo todo son los contactos! Qué razón tenía.

El principal aliado del alcohol etílico es GABA. Puede que no lo conozcas, pero es un auténtico magnate en el cerebro. Todo lo controla. Es un neurotransmisor, cuya función, como su propio nombre indica, es transmitir información entre las neuronas. Algunos neurotransmisores son excitatorios. Se acercan a las neuronas y les dicen que deben activarse, disparar. Pero otros son inhibitorios. Se acercan a las neuronas y las instan a la pasividad, a ignorar lo que le digan los excitatorios, al simple e indolente no hacer nada. GABA es uno de estos. Le encanta fomentar el vaguerío celular.

Pero GABA también tiene su némesis: el Glutamato. Esta molécula es otro neurotransmisor presente en todo el cerebro, pero éste es excitatorio,  y cuando se acerca a las neuronas lo hace para espabilarlas y que se pongan a trabajar.

Y el caso es que cuando alcohol y GABA se juntan, se embravuconan y ya es que la cosa se les va de las manos. Se dedican a sabotear el cerebro. El alcohol no sólo fomenta la actividad de GABA, es decir, el vaguerío neuronal, sino que además boicotea a Glutamato en su desesperado intento de azuzar a las neuronas. Hoy aquí no se trabaja. Las neuronas están cohibidas, y el cerebro, ralentizado.

Por eso las áreas perceptivas perciben peor, las áreas de coordinación coordinan peor, y el área de creación de memorias crea peor las memorias.

Y por eso, las áreas de autocontrol del comportamiento, autocontrolan peor. Las que te dicen: "No, para. Piensa dos veces". Las que calculan consecuencias y abortan misiones suicidas. Pero el día que hay alcohol de por medio, GABA no tiene piedad. Las inhibe y silencia, porque esto es una fiessshta y, total...¡ya pensarás en las consecuencias mañana! Venga, ¡no te cortes! coge el teléfono y llama a esa persona, di lo que se te venga a la cabeza, habla con cualquier desconocido y suéltale lo que quieras. ¡Sal a bailar! ¿Por qué no pides otra jarra de rebujito? ¡Vamos! Y así las horas pasan, la fiesta sigue, las sevillanas suenan una tras otra y poco a poco, la noche se va transformando en día.

Pero en tu pobre cuerpo no todo es jolgorio. Más abajo de tu cerebro despendolado el corazón late y late sin descanso, sensato él, tratando de liberar tus salerosas venas del intruso enloquecedor. El hígado recoge sin cesar moléculas de etanol para transfomarlas, con la ayuda de enzimas hacendosas, en otras que darán lugar a otras, y que en última instancia, cada una como pueda, pasarán a integrarse en el organismo, y acabarán perdidas en el océano bioquímico del cuerpo humano.

Teniendo en cuenta que el hígado es capaz de metabolizar aproximadamente 10 ml de alcohol puro por hora, y haciendo unas cuantas operaciones aburridas, resulta que aproximadamente en 10 horas tienes el cuerpo limpio de tóxico etílico, y lo único que queda es una sed horrorosa, dolor de cabeza, fatiga extrema, nauseas, y según tu nivel de desvergonzonería, un bochorno punzante o una sonrisa burlona por todo lo que pasó ayer.

Me escuecen los dedos porque hay muchas cosas que no he tecleado y que están ocurriendo. Sucesos turbadores que el alcohol provoca en tu inocente cuerpo serrano. Pero he prometido que no hablaría de los efectos perjudiciales que te provocó el rebujito. Y lo prometido es deuda. Así que corramos un estúpido velo, y finjamos que todo fueron risas y desinhibición.

A ver, saca el calendario. ¿Cuánto queda para la próxima feria?

fuente





















lunes, 12 de mayo de 2014

Luchar o correr

Estás que no estás. No eres capaz de razonar. Te mueves de un lado a otro sin sentido alguno. Te sientas. ¿Qué tenías que hacer? No te acuerdas. Tienes que ir al baño, por quinta vez en la última hora. Te sudan las manos. A veces, de pronto, te asaltan unas ganas nauseabundas de vomitar. Tienes hambre, pero cuando abres la nevera nada te apetece. Te tiemblan un poco las piernas, te sientas. Te siguen temblando, y te quieres levantar.



Tranquilo. No estás enamorado. ¡Lo que estás es de los nervios! Algo importante va a pasar. Tu cabeza lo sabe, y tu cuerpo, TAMBIÉN. Y es completamente irónico, porque sea cual sea el acontecimiento importante que va a suceder, sucederá más catastróficamente cuanto más nervioso estés. Pero pensar en esto sólo hace que tu nerviosismo se multiplique por diez. Y así, la pescadilla se va mordiendo la cola hasta que se convierte en un matojo gigante de nervios que hace que sueltes gallos en tu actuación (si eres un concursante de Operación Triunfo), tartamudees en el discurso, tropieces y hagas movimientos espasmódicos en vez de la coreografía tan chula que habíais ensayado, o te quedes paralizado en un silencio incomodísimo ante las preguntas en la entrevista de trabajo.


Como si la situación a la que nos enfrentamos no fuera de por sí ya bastante difícil, además resulta que tenemos que hacerlo salvando los escollos que nos pone delante nuestro propio cuerpo.

Yo estoy indignada. Me parece una falta de profesionalidad por parte de la madre naturaleza, todo hay que decirlo. Es verdad que somos máquinas altamente sofisticadas, y que contamos con un montón de sistemas que se encargan de un montón de cosas, pero hay algunos de ellos...que...en fin, dejan un poco de desear.

El nerviosismo, sin ir más lejos. ¿A qué viene? En realidad no es más que una respuesta del cuerpo que en un principio nos servía para hacer frente a situaciones de peligro, pero claro, cuando el ser humano puso los pies en este mundo las situaciones de peligro eran un poco distintas a las de ahora. No era muy frecuente que los hombres de las cavernas tuvieran que cantar para asegurar su estancia en la academia, por ejemplo.

Lo que a nuestro cuerpo se le da muy muy bien es prepararnos para situaciones peligrosas en las que la mejor opción es una de dos: luchar, o huir como cobardes. Y eso es lo que hace siempre que nos enfrentamos a un peligro, sin discriminación alguna. Poco importa que luchar o huir no vaya a hacer que apruebes el examen, te contraten, o te escojan en el casting. Tú cuerpo te prepara para luchar o huir y punto.




Eso pasa porque le hemos dado demasiadas libertades. Pero es normal, porque tenemos tantas cosas en mente que hay algunas que tenemos que dejar al libre albedrío de nuestro organismo, como por ejemplo respirar, o el latir del corazón, o digerir la comida. Por eso tenemos un sistema conocido como sistema nervioso autónomo, que toma constantemente decisiones que en ningún momento le consulta al yo consciente.

Y así ocurre que en el momento más inapropiado, cuando tenemos que permanecer más tranquilos y con la mente fría, se nos embota el pensamiento y se nos agarrotan todos los músculos del cuerpo, sin que nosotros pinchemos ni cortemos.

Todo comienza con la percepción del peligro. Entonces, se activa una zona del cerebro conocida como hipotálamo, que a su vez envía señales a la hipófisis, que a su vez envía señales a la glándula suprarrenal, situada encima de los riñones. Y ésta libera el cócktel explosivo: glucocorticoides, andrógenos, adrenalina y noradrenalina.

Esta bomba pone bocarriba a todo el organismo. Aumenta la presión arterial, y pone todo en marcha para abastecernos de energía. Azúcar y grasas se liberan al torrente sanguíneo para ser utilizados por los músculos que participarán en la acción. Se nos dilatan las pupilas, para que veamos bien el peligro, y los bronquios, para que podamos respirar a todo pulmón y estemos bien cargaditos de oxígeno, que hace falta para quemar el azúcar y generar energía con la que movernos. Además, el corazón nos late más rápido. A todo esto, aumenta la temperatura corporal, y para liberar calor sudamos. El flujo sanguíneo se redistribuye. Así, lo prioritario es la musculatura voluntaria. El aparato digestivo, por ejemplo, no lo es en este momento, así que deja de recibir tanto aporte sanguíneo y se relajan los esfínteres. Tampoco es que el cerebro ande muy espléndido, y nos volvemos un poco torpes o lentos de pensamiento.

Vamos, justo lo que necesitabas si estás delante de un león. Yo nunca me he encontrado delante de un león, pero bueno, que si alguna vez me ocurre, estaré bien preparada.

Ahora, una cosa digo. Yo estoy cansada de enfrentarme a mi cuerpo. ¿No es verdad que la naturaleza es sabia? Pues entonces la próxima vez voy a dejarme llevar. Lo tengo claro, basta de tilas y autocontrol. En cuanto vuelvan a atenazarme los nervios voy a dejarme de tonterías y voy a hacer una de dos: correr como si me fuera la vida en ello, o luchar con fiereza.

Da igual que me encuentre en una cita romántica, el despacho de mi jefe o en Saber y Ganar. Si mi cuerpo no discrimina, ¡yo tampoco! Yo lo que voy a hacer una de dos:

 luchar




o..¡correr!





miércoles, 30 de abril de 2014

Sevillanos, andaluces, ¡la ciencia os llama!

Artículo publicado como colaboración en la revista digital takeSevilla

El hervir de la sangre: Esa sensación de rabia que nubla la mente y aprieta mandíbulas. Ese sentimiento viscoso que invade a veces el cuerpo cuando se es testigo de injusticias, abusos o le insultan el ego a uno.

Creo firmemente en el hervir de la sangre de sevillanos y andaluces cuando sale en la televisión la parodia de turno. Cuando le presentan en bandeja a España el topicazo que más allá de Despeñaperros representa "el andalúz". El paleto, el que menos dientes tenga de toda la comunidad, el que más pinta tenga de no enterarse de nada, y diciendo alguna frase estelar como : "Qué caló ase" de la manera más inexcrutable posiblemente pronunciada. 

Yo me pregunto ¿A quién beneficia esto? Porque a alguien tiene que beneficiar, si no, no entiendo este emperre en mantener la burla desde hace ya tantos siglos. 

¿Es necesario? Y ¿Por qué no cambiamos ya? Por ejemplo, por qué no la tomamos con los...no sé, con cualquier otra comunidad. Y a partir de ahora en las series y películas, cuando tengan que repartir el papel de gracioso e inculto, se lo den por favor a un autóctono de esta región. 

En Andalucía hay gracia y arte. Eso es cierto y nadie lo duda. Pero son simplemente dos valores añadidos a toda una lista interminable de virtudes que la tierra del sur tiene que ofrecer al mundo. Yo quiero que un día andaluz deje de ser sinónimo de gracioso, y empiece a sonar a otra cosa. A sonar, por ejemplo, a ciencia. 

Porque en la España meridional también hay ciencia, real y palpable, pero sobre todo mucha, muchísima, latente. Ciencia que duerme, que espera ser despertada por decisiones correctas y alzarse para entregar a Andalucía mucho más que chistes malos. Mientras esto ocurre, o no ocurre, son muchos los que emigran. Los que cruzan las líneas dibujadas en los mapas buscando desarrollar al menos en su persona lo que gustarían de dar a España y no les dejan: Investigación, desarrollo, ciencia. 

Y al final ¿a quién benefician los sudores derramados de estos científicos andaluces? ¿Las noches en vela, los fines de semana en el laboratorio? A otros países, a otros gobiernos. En último término al mundo, sí, a la raza humana. Pero qué buen sabor de boca dejaría saber que tu esfuerzo está beneficiando directamente a tu tierra. 

Aprecio a los valientes que se quedan, que no se dan por vencidos y sacan financiación de donde no la hay, aquellos que han aprendido a gestionar brillantemente los recursos con los que cuentan y sacar adelante sus laboratorios en Sevilla y en toda Andalucía. Y aprecio a los valientes que se van. A los que su pasión por la ciencia tira tanto que les ha sacado de su hogar y les ha lanzado a un mundo de guiris y comida esaboría, pero eso sí, con flamantes aparatos e instalaciones punteras. 

Y son estos últimos, los que se van, los que tienen sobre sus hombros una responsabilidad extra: la publicidad. Que lo hagan por Andalucía. Que expongan su origen con orgullo, que aprovechen cualquier oportunidad que les surja, que utilicen la picaresca natural de su sangre para buscar ocasiones en las que dejar bien claro que son andaluces. 

Porque quizás así, si nos damos mucho bombo, si organizamos entre todos una gigantesca campaña de marketing publicitario, podremos cambiar la imagen que de Andalucía se tiene en el mundo, y pasar a ser la tierra de los científicos brillantes, la mina de oro del progreso humano. Y que cuando Matias Prats tenga que ilustrar algún avance tecnológico, entreviste a un andaluz. Y que cuando en las series y películas hable algún intelectual, lo haga con acento del sur. 

Sevillanos, andaluces, la ciencia os llama, ¡Alzaos!



Cerebros esclavos de una flor blanca

Artículo publicado como colaboración en la revista digital takeSevilla.com


El otro día me enviaron esto por Whatsapp





Me pareció un poco exagerado. Me reí y llamé llorica al que me lo mandó. Pero luego me quedé pensando. 

¿Y si es verdad? ¿Y si hay miles de sevillanos llorando por el mundo, echando de menos el olor de la primavera en Sevilla? Y si es así, ¿por qué? ¿Qué es lo que tiene el azahar que tanto engancha?

Alguno debe de estar pensando: Pues fácil, que huele muy bien. Sí, huele muy bien, pero no es eso. Es algo más. 

El azahar engancha porque es capaz de desencadenar eventos fascinantes en tu cabeza para provocarte un subidón. 

Cuando sopla la brisa y alcanza el naranjo, y mece sus hojas, de la superficie de la flor se desprenden unas minúsculas sustancias, llamadas moléculas odoríferas, que giran y giran por el aire para terminar algunas, por casualidad, aterrizando en tu nariz. Y cuando lo hacen, se meten avasallando hasta el fondo. Hasta el rincón más oscuro y lejano de tus fosas nasales: la mucosa olfativa. 

Allí, esperando en la penumbra por si se produjera la toma de contacto se encuentran las primeras neuronas de todo un batallón que acabará provocando que en la cara se te dibuje una sonrisa. Pero las moléculas "bienolientes" de azahar no se unen a cualquiera, no creas. Sólo a algunas, muy específicas, que se encargan de reconocerlas. Y sucede que estas células tienen en su cara oculta unas prolongaciones nerviosas muy largas y flexibles, que se introducen por pequeños agujeritos que hay en tu cráneo y contactan con muchas otras neuronas de todo el cerebro. Primera parada: sistema límbico.

Aquí empieza lo interesante. Porque en este sistema se conectan memoria, aprendizaje y sentimientos. Para empezar, cuando el sistema límbico recibe la señal de que alguna partícula odorífera "bienoliente" se ha unido a la mucosa olfativa, manda la orden de liberar endorfinas. 

Y las endorfinas te hacen sentir muy, muy bien. 

Para seguir, suele pasar que cuando hay azahar, hay muchas otras cosas. Hay primavera, y Semana Santa. Torrijas, y Feria de Abril. La ropa de verano ya está de nuevo en los armarios. Ha empezado el buen tiempo pero aún no hace 40 grados a la sombra. Risas, amigos, terracitas, cervezas en el Salvador. Y todo esto también llega al sistema límbico, que libera endorfinas. 

Y las endorfinas te hacen sentir muy, muy bien. 

Pero además de sentirte muy muy bien, creas recuerdos. Aprendes que te hicieron sentir bien la primavera, la Semana Santa, las torrijas, y la Feria de Abril. La ropa de verano, y el buen tiempo, las risas, los amigos, las terracitas y las cervezas en el Salvador. Y que cuando estas cosas estaban sucediendo, el ambiente olía a azahar.

Ya está hecho, eres uno más.

azahar 3
La próxima vez que tengas cerca un naranjo florido y hermoso, rebosante de flores de azahar, los circuitos misteriosos de tu cerebro se encargarán de liberar endorfinas que te cosquillearán por el cuerpo, y de hacerte recordar todos aquellos buenos ratos pasados, con la primavera, semana santa y demás.

Es irreversible. Te has convertido en un perro de Pavlov, esclavo de una flor blanca que parecía inofensiva.

Y Dios no lo quiera, si alguna vez tienes la desgracia de estar lejos de Sevilla en primavera, llorarás. 


miércoles, 23 de abril de 2014

La rata déspota


Hoy quería escribir un post amable, un post sobre la solidaridad y su función evolutiva para participar en el carnaval de biología acogido por Activa tu Neurona, cuyo tema es la etología. Ya me lo estaba imaginando. Un post tipo "viva la gente" en el que seguro incluiría algún video enternecedor de animales buenos. (Vale si, no he podido resistirme y al final lo he puesto, ¿qué pasa? Es un perro muy mono que enseña a otro a bajar los escalones, era muy tierno, compréndelo )

Total, que al final, en vez de lo que yo tenía pensado, me ha salido

ESTO

Rata topo desnuda, o heterocephalus glaber


Lo siento, pero tenía que compartirlo. 

Al igual que un día lo hizo el axolote, hoy esta rata ha entrado en mi vida, para bien o para mal. Porque no ha sido precisamente una sonrisa lo que se ha pintado en mi cara cuando he visto esta imagen...Al principio me he horrorizado, pero luego me he horrorizado de haberme horrorizado. Al fin y al cabo, esta rata también es hija del señor, y ¿quién soy yo para despreciarla por su fealdad? 

Y no sé si ha sido como penitencia por mi racismo animal, por masoquismo, o por esta terrible curiosidad que a veces nos corroe sin sentido alguno, he querido saber más sobre ella y he terminado llenando mi cabeza de datos absurdos que me han inquietado sobremanera. 

He descubierto, por ejemplo, que este animal conocido como rata topo desnuda, vive en sociedad. Pero no en una sociedad cualquiera. ¡Vive inmersa en el despotismo ilustrado! ó, también conocida en biología, como eusociedad

El sistema es como sigue: El cetro de poder lo ostenta una rata, la más grande de todas, la reina única y absoluta. Sus dominios se extienden a lo largo de laberínticos túneles, excavados en las profundidades de la tierra en algún lugar del cuerno de África, y allí conviven en paz sus súbditos, afanados cada uno en sus tareas correspondientes. 


Impera en esta sociedad un sistema de castas. Así, cada individuo está perfectamente encasillado y realiza la misma tarea día tras día, mes tras mes, año tras año. Hay ratas tipo obreras, encargadas de horadar los túneles con sus paletos enormes y mantener en buenas condiciones la estructura de su ciudad subterránea. Hay ratas tipo recolectoras de alimentos, que se aventuran allende las fronteras del reino para abastecer a la sociedad de raíces y tubérculos. Hay también ratas niñera, que se encargan de la cría y educación de la progenie de la reina. Y por supuesto soldados, ratas aguerridas que protegen al grupo de serpientes, zorros, y pájaros malhechores. 

¡Ah! También están los amantes de la soberana. Ratas macho que se dedican a copular con la déspota cuando ella lo tenga a bien. Son privilegiados sexuales, porque allí nadie se reproduce, solo ella con sus elegidos. Los demás lo tienen impedido. No por decreto real, que eso quizás podrían ignorarlo fácilmente. La reina tiene un método mejorado para evitar que sus súbditos procreen disfrutando de los placeres de la carne: su orina. 

En los planos del reino de las ratas también hay un hueco especialmente diseñado como letrina. Allí van todas a depositar sus deshechos y a hacer algo mucho más asqueroso: revolcarse en ellos. Y es esta debilidad por revolcarse en sus excrementos lo que utiliza la reina para evitar que los demás se reproduzcan, porque su orina contiene feromonas que provocan la esterilidad. ¿Es o no es éste un mecanismo sofisticado de poder? 

Por fin, en algún momento, por culpa del paso del tiempo o quizás por alguna conspiración palaciega, la vida de la reina llega a su fin, y entonces comienza la guerra. Una lucha encarnizada de todas contra todas, sólo hembras, por hacerse con el mando y ostentar el título de nueva déspota rata. 

No sé, pero a mi todo esto de la rata reina me parece algo inquietante. Porque en fin, que vivan así las abejas, ó las hormigas, pues no me impresiona tanto. Pero que lo hagan ratas grandes y terroríficas con paletos gigantes lleva a mi imaginación por caminos por los que no sé si quiero que vaya. 

Pero aún hay más. Esta rata topo desnuda no sólo impresiona a etólogos e imaginaciones flojas, sino también a científicos de toda clase por otras características. Por ejemplo, su resistencia a la falta de oxígeno. En los palacios del terror de esta criatura hay tan sólo un 8% de esta sustancia, frente al 21% del que disfrutamos en la superficie, y ellas se han adaptado tan ricamente, gracias al comportamiento de sus canales de calcio en el cerebro y a la alta afinidad de su hemoglobina por el oxígeno. 

Tampoco se inmuta ante estímulos mucho más desagradables, como, por ejemplo, las quemaduras por ácido, porque le faltan en la piel ciertos receptores del dolor. 

Además, esta especie fea posee el secreto de la eterna juventud. Vive de media unos 23 años, cosa exagerada para mamíferos de su tamaño, y lo hace gracias a que sus telómeros no se acortan (si no sabes lo que es un telómero, pincha en el enlace, wikipedia tiene respuestas para todo).

Por último, la revista Science ha nombrado a nuestra amiga rata como vertebrado del año 2013, porque ¡es resistente al cáncer! No se conoce ningún individuo que lo haya desarrollado nunca, y no es posible provocárselo artificialmente en el laboratorio. 

Yo no sé si es cierta la leyenda urbana de que las cucarachas sobrevivirán a una hecatombe nuclear. Lo que tengo claro es que, de ser así, tendrán que vérselas con la rata déspota. 

Y ahora el video de perros monos







Este post participa en la XXX edición del carnaval de biología que acoge Activa tu Neurona. 





miércoles, 16 de abril de 2014

La doble hélice de ADN, ó la trágica historia de Rosalind Franklin

Hay veces que por cotidianas, a las cosas deja de dárseles la importancia que merecen. Es lo que pasa, por ejemplo, con el ADN. Hay días en los que, por lo menos yo, no pienso ni una sola vez en él. En lo más profundo de cada una de las células de nuestro cuerpo se encuentra la información más valiosa del mundo ¡y nosotros ni lo pensamos! Andamos por ahí haciendo y deshaciendo, sin ser conscientes de que acarreamos continuamente 113.000 millones de kilómetros de un código que describe hasta el más mínimo detalle las instrucciones de la vida. Y luego nos sorprendemos de que el intestino mida unos cuantos metros y sea capaz de digerir los nutrientes...

Si quieres ver un poster muy interesante con unos cuantos datos sobre el ADN para hacerte el cultivado en la próxima reunión social, pincha aquí (y luego vuelve aquí, se entiende). Si no te interesa ni el ADN ni hacerte el cultivado, y lo que quieres es saber cual es la trágica historia de Rosalind Franklin, sigue leyendo.

Puede ser coincidencia, o solo una de estas bromas que a veces gasta el destino, pero si hoy en día sabemos tantas cosas sobre la molécula que almacena los genes es gracias a una mujer que, como al ADN, no se le dio la importancia que merece.Esa mujer dio, hoy hace 56 años, su vida por la ciencia (literalmente), y se llamó Rosalind Franklin.


Rosalind Franklin

¿Has oído hablar alguna vez de la doble hélice de Watson y Crick? Si has estudiado ciencias seguro que sí. Es el nombre que se le da a la estructura tridimensional que tiene el ADN en el espacio. Lo de "doble hélice" es porque la forma es una doble hélice, y lo de "de Watson y Crick" es porque la descubrieron Watson y Crick. O al menos, porque el mérito se lo llevaron Watson y Crick.

Estos dos personajes han pasado a los anales de la historia como dos científicos brillantes, que entregaron al mundo uno de los descubrimientos más importantes del siglo XX. La historia que hay detrás, sin embargo, es mucho más sórdida. Es una historia triste, de celos y traiciones.

Hace 63 años, en Cambridge, el destino, caprichoso, quiso que el mundo conociera por fin la naturaleza de la molécula de la vida, y decidió cruzar los caminos de cuatro personajes notables para que unieran fuerzas y la descubrieran, sin tener ningún tipo de escrúpulos sobre cómo se las apañaran o la relación que pudieran tener entre ellos.

Todo comenzó cuando la joven química británica, Rosalind Franklin, se incorporó al laboratorio del King´s College, donde ya otro científico, Maurice Wilkins, trabajaba por descubrir la estructura del ADN. La relación entre los dos comenzó directamente mal. Ella era una mujer (motivo suficiente de recelo en la sociedad de aquella época), y para más inri, mordaz, inteligente y atrevida. Él era tímido, escurridizo e inseguro. Desde el principio Wilkins sintió hacia ella desagrado por el choque entre sus personalidades, pero cuando el jefe de ambos encargó a Rosalind trabajar en el proyecto de Wilkins, además de asignarle la ayuda del previo ayudante de éste, Ryan Gosling, el desagrado se convirtió en odio.


Maurice Wilkins, tramando venganza /fuente

¿Se le puede juzgar? ¿Cómo se sentiría Maurice? Yo me lo imagino desplazado, dolido y rechazado. Y si me recreo un poco más hasta le veo su despacho, mascando rencor y tramando venganza, con la postura un poco encorvada que producen los celos. Y todo por culpa de quién. ¡De una mujer! Y encima, según dicen las malas lenguas, insolente y atrevida.

Fue entonces cuando hicieron su aparición otros dos personajes en esta historia. Dos personajes que quizás debieran haber sido secundarios, y sin embargo acabaron como protagonistas. Ellos también ansiaban descubrir la estructura del ADN. Sus nombres, Watson y Crick. Su mérito, oportunismo desmesurado.

La investigación es a veces una selva despiadada en la que se pisa, muerde y roba para llegar a ser el rey. Y en el mundillo de la biología molecular de principios de los 50, esta lucha era particularmente encarnizada porque estaba en juego una pieza especialmente suculenta. La estructura del ADN estaba a punto de ser descubierta y todos querían ser el protagonista del hito pues sospechaban que, como pasó realmente más tarde, llevarse el mérito significaría la fama eterna. 

Rosalind también participaba en esta lucha, y lo hacía de manera experta. Quizás su fallo fue no haber sido más precavida. Su craso error fue actuar como si fuera un hombre. Porque un hombre podía ser decidido y eficaz, y entonces se le respetaba y admiraba. Pero si lo era una mujer, lo más fácil que podía pasar era lo que pasó. Que continuaran una discriminación que ya comenzó su propio padre, cuando en sus años mozos se negó a que Rosalind entrara en la universidad alegando que aquel no era sitio para mujeres (todo el mundo sabe que el sitio de las mujeres es la cocina). Que la hicieran de menos, aprovechándose de su trabajo pero sin hacerla partícipe de sus éxitos. Y todo esto, mientras le ponían motes ridículos y hacían comentarios sobre su pelo, que, desde luego, no venían al caso(1).

Rosalind, mirando pensativa hacia su futuro

Pero total, dejémonos de filosofar. Pasó que un día, tras mucho trabajo y esfuerzo, Franklin consiguió tomar una fotografía muy muy interesante del ADN, conocida como fotografía 51.


Y pasó también, tras mucha desfachatez y caradura, que Wilkins la cogió, sin su permiso, para enseñársela a Watson y Crick. Fue tan reveladora la imagen, que un mes después Crick, engreído, fue capaz de proclamar en un bar mientras tomaba una cerveza que Watson y él habían descubierto el secreto de la vida (1).Cuatro meses después, su modelo salió publicado en Nature. Nueve años después, Wilkins, Watson y Crick, recibieron el Nobel de Fisiología y Medicina. 

Pero no acabó ahí la cosa. Tras este incidente los tres parásitos vivieron una larga vida de reconocimiento social y éxitos. No importaron los métodos que utilizaron para conseguir su fin. Tampoco importaron declaraciones posteriores, como las hechas por Watson, calificando a los negros como una raza inferior (fuente). No. El mundo les reconoció y les reconocerá siempre como los genios que descubrieron la estructura del ADN.
Watson y Crick, postureando con su modelo de la doble hélice

Y Rosalind, mientras tanto, en el cajón del olvido. 

Tras el capítulo triste del ADN, Rosalind Franklin se retiró a Birkbeck a seguir su carrera discretamente, y murió muy temprano, a los 38 años, de un cáncer causado probablemente por su continua exposición a rayos X. Exposición gracias a la cual tomó la famosa fotografía 51. Exposición gracias a la cual, hoy conocemos el ADN en profundidad y han visto la luz multitud de curas para enfermedades. Exposición gracias a la cual, hasta el día de su muerte, en el currículum de Wilkins, Watson y Crick lució un premio Nobel. 

Rosalind, me da igual lo que diga la comunidad científica internacional, me da igual el nombre que tenga la doble hélice, hay muchos que no te olvidamos, y que te agradecemos, especialmente en el aniversario de tu muerte, que dieras tu vida por la ciencia. De parte de toda esa gente ¡Gracias!







(1)- La doble hélice, James D. Watson